Los conflictos son inherentes al mundo laboral. Más que tratar de evitarlos, los buenos líderes saben que lo más importante es aprender a resolver los conflictos de forma clara y eficaz. Esto es, identificar y comprender aquellas situaciones que puedan estar causando un conflicto en un entorno de trabajo particular, y actuar en consecuencia para poder resolverlas.
No obstante, hay ocasiones (como en el caso de las dos viñetas que se muestran) en que estos conflictos pueden estar motivados por la (in)acción misma de los líderes, al no llevar a cabo labores de reconocimiento entre los trabajadores de su equipo. Hay diferentes formas de gestionar los conflictos en organizaciones.
se observa cómo un jefe de oficina reflexiona acerca del mal ambiente que percibe en las caras de sus trabajadores, deduciendo que esta situación se debe a una cuestión personal y exclusiva de sus trabajadores: la discusión por la responsabilidad de unas ideas propuestas en otro momento. Y en vez de buscar soluciones, este supervisor se limita sólo a visualizar la situación que está presenciando.
A diferencia de ésta, en la Viñeta B
se aprecia a un jefe distinto que, observando una situación parecida a la anterior, se plantea la posibilidad de solucionar de inmediato este conflicto recordando su despiste al no reconocer la idea aportada en el Tablón de anuncios por ambos trabajadores. Los buenos líderes saben reconocer los esfuerzos, la iniciativa, las buenas ideas y los logros de su equipo de trabajo, y comparten con ellos más mensajes por el trabajo que se hace bien que por las equivocaciones u errores puntuales.